En sus zapatos o replantearnos el trato a los niños
La semana pasada una amiga, conociéndome, me chivo una iniciativa MARAVILLOSA que había visto por redes. (Gracias, Vicky). Se trata de #ensuszapatos, una idea de Beatriz Cazurro que persigue reflexionar sobre el trato que damos a los niños. Es una representación gráfica muy eficaz para darnos cuenta de que en nuestra cotidianidad no estamos sabiendo tratar con respeto a los niños. Se trata de
una serie de vídeos para abrir la mente, cuestionar creencias y entender mejor el mundo de los niños y las niñas. Porque sin empatizar con ellos ¿cómo vamos a dejar de justificar aquellas situaciones, que si ocurrieran entre adultos, definiríamos sin dudarlo como violentas? ¡Quítate por un momento tus zapatos y atrévete a mirar el mundo desde los suyos!
Este ha sido el último vídeo, colofón de los anteriores, por el día de los Derechos del niño
Cómo tratamos a los niños
Por histórico, por tradición educativa, tendemos a tratar a los niños como ciudadanos de segunda, no ejercemos un trato respetuoso a los niños. Esto, me resulta particularmente curioso porque les desmerecemos por ser niños y, sin embargo, les exigimos como adultos. A ver, si te exijo como a un adulto, qué menos que te trate como tal. En el sentido del respeto me refiero. Pero es que ya la base es un despropósito. No podemos pretender que los niños respondan como un adulto porque no tienen las habilidades, conocimientos y experiencias que nosotros sí tenemos.
Qué promueve #ensuszapatos
Promueve una reflexión sobre cómo te sentirías tú si te trataran así. Facilita que nos pongamos en el lugar de los niños y de nuestro yo niño validando momentos en los que pudimos sentirnos así de peques. Remueve por dentro y hace que seamos críticos con nuestro comportamiento de forma que también favorece que nos propongamos tratar con respeto a los niños
Qué trata en sus zapatos
Los temas que aborda son “clásicos” de la crianza. Son situaciones que hemos heredado o con las que nos tenemos que enfrentar en la crianza y que resolvemos mal, sin tratar con respeto a los niños.
El “besito”
Un clásico donde los haya, lo de imponer el beso. No educamos en el respeto a su propio cuerpo. De acuerdo en que en un momento dado un beso, pues es eso y no tiene porque traumatizar. Pero lo que transmitimos forzando a que los den o criticando que no lo hagan, es que no hay elección y que tienen que acceder a lo que el adulto diga. Desde luego no es la mejor estrategia para prevenir el abuso sexual infantil .
El “acostumbre”
Sin duda esta es una de las cosas más antinatura para mí en la crianza. Cuando un bebé, niño o adolescente llora, creo que es obvio que quiere y necesita consuelo. No es que se vaya a acostumbrar al consuelo, es que lo requiere. Al igual que yo con mis 36 años. Desde luego que lo que menos me apetece si estoy de bajona es que me ignoren o digan “eso no es nada”. A lo que se acostumbran, por desgracia, es a que pasemos de ellos. Esto en relación con el aprendizaje de qué esperar del mundo es bastante desalentador. Y aludía a que me parece antinatural porque lo que nos sale, en principio, es acudir al llanto de nuestro bebé, que de hecho está diseñado para ello. Pero siempre está el que más sabe que te dice lo que TÚ tienes que hacer con TU HIJO en contra de lo que te dicta el SENTIDO COMÚN.
Obligar a comer
Otro hitazo de la crianza. Que se lo coman todo, que ya tienes tú su sensación de saciedad para saber si están llenos o no. Ah, que no.
Lo que me llama la atención de la obsesión con que coman y mucho y todo, es que se ponga tanto enfásis en la cantidad pero no en la calidad. Con unos índices de obesidad infantil que dan miedo, creo que sería mejor dejarles que comieran lo que quisieran pero centrándonos en qué comen. Creo que es de las únicas cosas en las que no he caído porque nunca, nunca, obligo a comer. No sé si porque lo he padecido o si porque me parece tan ridículo que mi cerebro ha cortocirucuitado. Y es que si mi hijo está aparentemente sano y no tiene hambre… ¿por qué forzar? ¿Se lo meto con un embudo? ¿Nos tiramos 2 horas enfadados hasta que se lo acabe dando arcadas y frío? Yo no sé vosotros pero yo tengo muchas lavadoras que poner y mi hijo mucho que jugar (y que ayudarme a tender jeje) como para perder el tiempo.
“Me estás poniendo”
Ay, el foco lo tenemos mal. No te están poniendo, te estás poniendo tu solo, a tu taitantos años. Ojo, que LO ENTIENDO PERFECTAMENTE. Pero tu hijo no tiene la culpa de que tu jefe sea un capullo, de que estés estresado, de que te hayas peleado con tu padre o de que tengas poco tiempo. Bueno, de esto sí pero desde el amor. Me explico. Tú decidiste tener hijos y los hijos requieren cantidades ingentes de tiempo. Ya, yo tampoco lo sabía, al menos no tanto. Y, por supuesto, tienes derecho a quejarte y tienes derecho a cuidarte pero no tenemos derecho a pagarla con ellos. Las prisas locas, los retos de educar en el siglo XXI y el escaso autocontrol provocan escenas como estas (es el primer vídeo con el que lloré porque, no tan “chunga”, pero me vi reflejada).
La torta preventiva
Los factores que acabo de mencionar que nos hacen estar descentrados y no pensar en lo que tengo que hacer ahora con mi hijo pueden llevarnos a caer incluso en la agresión física. No sé cuándo ni cómo pero es perentorio que nos trabajemos el autocontrol. Luego nos echamos las manos a la cabeza ante casos de acoso escolar pero no es que no hagamos prevención desde casa, es que enseñamos violencia verbal y física.
Y ahora, ¿qué hacemos?
¿Cómo tratar a los niños con respeto?
Para empezar, ser autocríticos con nosotros mismos en lugar de ponernos a la defensiva o en plan cuñado “tan mal no hemos salido”. Seguramente, con otro trato, habríamos salido mejor.
Para continuar, reflexionar sobre cómo nos ha condicionado nuestra infancia, el trato y estilo educativo de nuestros padres y otros adultos de referencia. Seguir con la fase de la adolescencia y ver cómo ha confluido en lo que somos y hacemos (con nuestros hijos) ahora. Yo he vivido este proceso este pasado verano y fue digamos intenso. Pero muy fructífero. Lo hice a través de una lectura de un libro maravilloso y, al principio, no entraba, me parecía un poco como de jipismo pero fue saliendo solo. Tras pasarlo regulín, creo que sané muchas cosas.
De aquí lo interesante sería pasar a la acción: quedarnos con aspectos positivos y desechar los negativos. Ver si reproducimos patrones de crianza al tuntún sin plantearnos si nos gustan o no, si son adecuados o no y, sobre todo, si son RESPETUOSOS o no. Es este post hablé de cómo hacer que los niños se porten “bien”. Tal vez podáis encontrar estrategias que os ayuden a tratar con respeto a los niños pero también a ser respetuosos con vosotros mismos. Tampoco se trata de abandonarnos porque, además, mal ejemplo sería.
Otro aspecto clave, y creo que previo, es, a mi parecer, entender el comportamiento de los niños. De esta forma podemos enseñarles de verdad, aprender a gestionarlo de forma que generemos aprendizaje. Y casi más importante, entenderles, poder empatizar con ellos.
Reflexionemos sobre el trato que damos a nuestros niños, como padres o docentes, cambiemos la mirada y el punto de vista. Como dice Beatriz:
Nos centramos en su comportamiento y en que sean “buenos” para sentirnos buenos padres, profesores o psicólogos. Les enseñamos a obedecer aunque a veces sea mucho mejor para su bienestar rebelarse. Creemos que los primeros años “no se enteran”. Interpretamos lágrimas genuinas como intentos de manipulación. Esperamos de ellos cosas para las que no están preparados. Y cuando, lógicamente, aparecen las consecuencias, en vez de pedir perdón y responsabilizarnos de ellas, les etiquetamos.
Los niños necesitan buenos tratos. Así de simple. Y el primer paso para poder brindarles esos buenos tratos es ponernos EN SUS ZAPATOS, por muy pequeñitos que los veamos para meter nuestros pies.
¿Te animas a probarte unas tallas menos y ver el mundo desde su punto de vista?
Os dejo el podcast en el que Beatriz ha explicado la iniciativa en Buenos días, Madresfera.
¿Qué os ha parecido esta iniciativa? ¿La conocíais? ¿Os ha hecho replantearos vuestros comportamientos para tratar con respeto a los niños?
Comments (7)
Barbara
noviembre 21, 2018 at 10:43 pm
Tan de sentido común que te paraliza por momentos. Cada post te superas. Buena iniciativa de Beatriz Cazurro.
Nuria
noviembre 21, 2018 at 10:51 pm
Muchísimas gracias por tu comentario La idea de Beatriz es brillante.
Ana María – La mamá y el blog
noviembre 23, 2018 at 10:35 pm
Hola!
Lo primero muchas felicidades por el blog, te leo a menudo desde hace tiempo pero nunca he comentado (que recuerde..).
Cuánta razón en todos esos temas que tratas en el post; en nuestro caso intentamos que con nuestra niña de dos años no sucedan estas cosas, por supuesto bajo ningún concepto eso de la “torta preventiva” que me parece horrible ponerle la mano encima a un niño, ni el resto. No conocía la iniciativa pero me parece una muy buena idea porque muchas veces llegamos a la paternidad sin conocimientos de lo que es el desarrollo infantil ni sus necesidades, y pensamos que sólo porque son más chicos no hay que repetarlos. Desde hace años he pensado que el respeto a los niños es fundamental, y más en la crianza.
Saludos 🙂
Nuria
noviembre 25, 2018 at 8:59 pm
Efectivamente, para tener hijos no se nos exige saber ni aprender y claro… pasan estas cosas. Si es una profesión de riesgo jajaja. No, en serio, creo que hay que formarse y aprender, no ir repitiendo patrones o haciendo cosas al tuntún. Muchas gracias por leerme y por comentar
Kathi
noviembre 28, 2018 at 9:23 am
Hola, ¿cual es el libro que leíste en verano?
Nuria
noviembre 28, 2018 at 9:36 am
Hola, Kathi. Se llama Calm parent, happy kids. Gracias por tu comentario .
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marzo 11, 2022 at 9:28 am
Este post me ha resultado muy interesante porque esas situaciones forman parte de nuestro día día y están más que aceptadas en nuestra sociedad. Es importante aprender a gestionarlas correctamente porque la infancia es una época vital.