La tabla de rutinas es una ayuda fantástica para que nuestros hijos desarrollen responsabilidad y se vayan volviendo más autónomos. Esto, a su vez, redunda en un mejor ambiente familiar como veremos más adelante. Y hoy te voy a ofrecer una forma muy, muy sencilla, además de preciosa, de llevarlo a cabo. Con sorpresa al final… (código de descuento je, je, je).

Y puede que pienses que ni a ti ni a tu familia os hacen falta pero, ¿acaso nuestros entornos laborales, la sociedad no están organizadas con orden? Pues sí, a través de normas que pueden ser más o menos explícitas y que dan coherencia y estructura a lo que hacemos y a cómo nos relacionamos.

Las tablas de rutinas NO son, ni tienen nada que ver, sistemas de economía de fichas en las que se recompensa a los niños por cumplir ciertas normas o realizar determinados comportamientos. No se trata de que los niños hagan las cosas por obtener algo a cambio, sino de que vayan adquiriendo responsabilidades y participando activamente en la vida familiar.

Ventajas de la tabla de rutinas

• Propicia que los niños se sientan valiosos y capaces por lo que…
• Potencia la autoestima de nuestros hijos.
• Evita que estemos todo el rato dando órdenes e instrucciones a nuestros hijos así como repitiéndoselas. Esto es muy cansado tanto para los adultos como para los niños y erosiona la conexión
• Es anticipatoria en sí lo que consigue que los niños sepan qué va a pasar y qué tienen que hacer.
• Desarrolla la autonomía ya que no dependen de que un adulto les diga qué tienen que hacer.
• Genera hábitos y responsabilidad y, por tanto, la asunción de que hay cosas que debemos hacer porque son necesarias, valiosas e importantes en sí.

Cómo hacer una tabla de rutinas

Hacer una tabla de rutinas no es muy complicado. Es cuestión de ganas y de colaboración con nuestros peques. Y, con las tarjetas de Raquel Ripoll ¡es mucho más sencillo y quedará precioso!

Pasos para hacer una tabla con las tarjetas de rutinas:

1. Buscar un momento adecuado en el que estemos serenos y conectados y no tengamos prisa.
2. Hacer una lista de los comportamientos que queramos para una rutina. Por ejemplo, la llegada a casa, la rutina de noche… Todo esto lo haremos de forma colaborativa con nuestros hijos.
3. Buscar dichos comportamientos o acciones en las tarjetas de Raquel.
4. Ordenar junto con el niño las tarjetas.
5. Ubicar la tabla de rutinas en un sitio accesible para los peques y a ser posible elegido por ellos.

Podéis pegar las tarjetas de rutinas con blu-tack o cinta de carrocero en la pared o bien hacer una guirnalda con una cuerda y pincitas. Eso nos permite, además, cambiar el orden.

Si sois profes también hay RUTINAS PARA EL AULA. ¡No os las perdáis!

Otros materiales para conectar en familia

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Tarjetas de sentimientos

Se trata de una baraja de 30 cartas que nos ayudará a entender mejor nuestras propias emociones. En cada carta vemos por un lado el nombre y la imagen de una emoción y, por el otro, de qué nos provoca dicha emoción.

Son una forma ideal de aprender vocabulario emocional, de entender cómo nos sentimos en determinados momentos y de normalizarlo y validarlo, de compartir experiencias y narrarlas… Tanto ellos como nosotras, adultas. Porque hay que ver lo que nos cuesta reflexionar sobre nuestras emociones, saber cómo nos sentimos, qué hace que nos sintamos así… Y eso ayuda a que también desarrollemos la empatía, a que comprendamos mejor a las personas que nos rodean.

Dados de las emociones

Hechos en madera, estos 5 dados tienen grabada de forma artesanal una emoción en cada una de sus caras. Contamos, por tanto, con 30 sentimientos en total. Podemos jugar a lanzarlos y narrar un momento en el que nos hayamos sentido así, imaginarnos situaciones en las que podríamos sentirnos así, contar una ocasión en la que viéramos que alguien se sintiera así, inventar una historia enlazando varios sentimientos…

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Espero que os haya gustado este material que os recomiendo mucho desde la experiencia personal y profesional.

Me encantaría saber qué os parecen en comentarios. Si os gustan, si ya usáis tabla de rutinas…

¡Un abrazo enorme!