Blog post

Recuerdos de este verano (2018)

Este es un post ya clásico en el blog verano tras verano, en el que me gusta dejar por escrito los recuerdos de lo vivido. El verano de 2018 ha sido el primero con dos hijos en activo. El anterior, el peque no tenía ni 6 meses así que era un poco huevito blanco. No se movía autónomamente y no le podía dar el sol. Su vida se basaba en muchos brazos, mucha teta y supervivencia.

HERMANOS JUGANDO EN LA PLAYA

El hecho de que los dos ya tengan entidad ha complicado un poco el verano. Aunque realmente el “problema” ha sido el estado de, digamos,  irascibilidad continua del mayor. Llámalo estar fuera de su hábitat, llámalo celos, llámalo una madre para dos… Llámalo como quieras, pero apellídalo HORROR. Sí, un horror. Ahora, fue dormir en su cama otra vez y amanecer de nuevo como él es. El anterior verano también ocurrió.

NIÑO EN LA PLAYA

Hijo, te vamos a querer siempre, no hace falta que nos pongas a prueba. A menos que quieras acabar con nosotros. Si es por heredar, te aconsejo que no lo hagas.

Pero, ya está más que superado y olvidado. Ya llevamos un tiempo metidos en rutinas, con las vacaciones más lejos que Mordor y toca recopilar, como en años anteriores… Además, en verano empezaron a jugar más juntos (también llegaron a nuestra vida las pseudopeleas, claro) y eso es una delicia.

HERMANOS JUGANDO

Recuerdos de este verano

Tiempazo en Córdoba

El MARAVILLOSO tiempo que hizo en Córdoba los meses de julio y agosto es para no creer aunque mejor para olvidar. Más que nada por no deprimirnos en años venideros. Una temperatura ideal, apenas calor ¡e incluso algo de fresquito por la noche! Fue una gozada y me permitía salir a andar a diario, pasear con los niños e ir al parque y, básicamente, no querer mudarnos a otra ciudad como nos ocurre en cada verano abrasador en esta ciudad.

HERMANOS DE PASEO

El Nuevo empieza a dormir

Y su madre a vivir. Tras un invierno infernal, por agotador y angustioso debido a las jorrornaits de mi amigo, el 5 de agosto, gran día en mi vida, iniciamos nuestro método padre (pincha aquí si quieres saber cómo lo hicimos), a.k.a. padre apechugando por las noches. Éxito rotundo desde el primer día. Felicidad suprema.

BEBÉ DURMIENDO

El Nuevo empieza a comer

En realidad empezó un par de meses antes. Al fin, a los 14 meses pensó que la alimentación debía ser algo útil para sobrevivir, o tuvo hambre o yo qué se. Pero el momento de asentamiento de la fase exanoréxica ha sido este verano. Cuchara, tenedor y abuela mediante. Ahora, con 20meses come de todo, en cantidad y solo. Pocas cosas te dan más lecciones de paciencia que la maternidad.

MADRE Y BEBÉ EN LA PLAYA

Como podéis ver, lo que no se comió él el pasado inverno,                                         me lo comí yo. ¡Qué mala es la ansiedad!

El Santo va al cine por primera vez

Surgió el plan con los primos y allí que nos fuimos. Yo tuve la posibilidad de casi dos horas de asueto, pero el espíritu moñas se apoderó de mí, y por nada del mundo me iba a perder su primera vez ante la gran pantalla. No quitó ojo y le encantó.

NIÑO EN EL CINE

Un cumple muy guay

El mío, el 1 de agosto. Inesperadamente fue un día estupendo, con varias sorpresas, tranquilo, con un masaje regalo de mis padres el día anterior (se me cae la baba de recordarlo). Ya son 36 años y me siento, a falta de perder 5 kilos, (casi) mejor que nunca. Cansada, pero satisfecha con cómo me tomo mi vida y, sobre todo, muy feliz por cómo voy evolucionando. Creo que es de lo que más orgullosa me siento ahora mismo.  El tema cuerpo es lo que hay que abordar para recuperar la forma, por salud.

CHICHA CON MAR AL FONDO

Ojo, me siento tan joven que en el texto alternativo de la imagen (el texto que aparece si no se carga la foto) he puesto: “CHICHA CON MAR AL FONDO”. Sí, chica. ¿Pasa algo?

Leer y reflexionar

Ha sido un verano de muuucha reflexión e introspección. Bastante dura pero sanadora y gratificante. Me leí un libro fantástico sobre crianza, Peaceful parent, happy kids, de línea respetuosa, que es mi rollo, que removió bastante mis cimientos y mi estar en el mundo. Puede que eso, no el libro sino mi estado mental (precario) también influyera en cómo se comportaba mi hijo mayor. Igual no estaba siendo todo lo firme que debía. Aunque el factor estoyhastaelpirridelcurso y el cansancio acumulado creo que muy el factor decisivo.LEYENDO EN LA PLAYA CON NIÑOS

Familia y primos

Muuuchos días de convivencia han sido, para bueno y para malo. No es fácil okupar (con k, totalmente) el espacio de dos personas acostumbradas a la paz y el silencio por personitas acostumbradas al ruido y al caos. Así que ha sido intenso también en este sentido. Pero es que es como es. Luego llegaron los primos. Más caos físico, pero gloria emocional porque verles a los 4 era precioso.

FAMILIA TOMANDO HELADO

PRIMOS EN LA PLAYA

Viajar y planes en familia

Hicimos una escapada de unos días a La Coruña y resulto estupenda. El Santo más tranquilo favoreció bastante. Aprovechamos un montón esos días e hicimos bastante cosas chulas para los peques. En este post (pincha para acceder) tenéis información sobre planes chulos que hacer allí.

NIÑO EN LA TORRE DE HÉRCULES

Museo niños La Coruña

Otro plan muy guay que hicimos fue visitar la Granja de Briz o parque de los sentidos,  situado en la localidad de Marín. Si alguna vez estáis por los alrededores de Pontevedra, no os lo podéis perder. Si queréis saber más sobre el parque, en este post (clica para entrar) os conté nuestra experiencia.

GRANJA DE BRIZ PARQUE DE LOS SENTIDOS TOBOGÁN

Otro planazo es ir a la feria del pueblo. De aquel en el que veranees o del más cercano. El bolsillo, los tímpanos y la salud mental lo sufren, pero los peques lo gozan.

NIÑO EN LA FERIA DEL PUEBLO

En conclusión

Ha sido, en parte, un mojón de verano, las cosas como son. Las calas desiertas y las birras al atardecer tendrán que esperar. Los viajes a otros países quedaron atrás. Pero el mojonismo veraniego es fruto del agotamiento de la crianza, de los retos educativos, del 24/7 que por mucho que te avisen, no entiendes hasta que tienes un hijo. Así lo reflejé en este post titulado “El verano mola, en Instagram (sin hijos)” (pincha para leer y reírte un rato reconociéndote en mis desgracias). De hecho acabo de leer los post de los recuerdos del verano anteriores, (podéis leer aquí los de  2014, 2015 y 2017) y, al parecer, es una tónica esto de que las vacaciones no son la época del año menos estresante de mi vida ja, ja, ja. No puedo sino reafirmarme en que Las vacaciones, con hijos, no existen. En cualquier caso, doy gracias porque, al final, pesa más lo bueno que lo malo, porque tenemos la suerte de tener casa, mesa y mantel en un sitio fantástico y, sobre todo, de poder estar en familia porque tenemos familia.

VISTAS MARAVILLOSAS AL MAR MADRE CON DOS HIJOS DE PASEO

¿Qué recuerdos te rondan ahora, ya con el jerseicico, de tu verano? Seguro que tienes que hacer memoria porque estás más en que no se olvide que hay que llevar esto o lo otro al cole, o apuntar que falta leche. Un truco, mirar las fotos del verano. Mola porque los recuerdos que afloran son los positivos.

Si te ha gustado esta entrada, me encantaría que me dejaras un comentario. ¡No sabes la ilusión que me hace! Y ya si la compartes… ¡laperalimonera!

GRACIAS POR LEERME

¿Te ha gustado este post? ¡Compártelo!

Publicar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entrada anterior Entrada siguiente

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies
ACEPTAR

Aviso de cookies