Blog post

Y llegaron las notas… cómo reaccionar para alentar y motivar

Se avecina el último día del trimestre o del curso y, con él, la llegada del boletín de notas. Día de sonrisas y lágrimas… Pero no podemos olvidar que HAY VIDA MÁS ALLÁ DE LOS SUSPENSOS y también de las “BUENAS NOTAS”. Cómo reaccionemos ante las malas notas cuando abramos el sobre es muy importante porque puede propiciar un clima favorable o todo lo contrario. Así, mejor que no…

Madre desprevenida abriendo el sobre de las notas muy contenida ella. (via GIPHY)

Cómo reaccionar (sin desproporción)

Para rebajar el ataque de pánico/ira al recibir unas malas notas es importante pensar que:

  • son las notas de tus hijos, no las tuyas: “el niño me ha suspendido” no. Ha suspendido él, o le han suspendido, pero no lo despersonalices, no elimines su posible responsabilidad  ni asumas que es tu culpa.
  • por otro lado, tus hijos son más, mucho más, que las notas que sacan.
  • diseña una estrategia antes de abrir el sobre porque lo normal es que, más o menos, nos hagamos a la idea de cuáles van a ser los resultados. Si esperabas 2 y son 3, pues hombre, peor, pero la situación es la que es con independencia del número.

A la hora de sentir quiénes y cómo son, los niños se valoran también en función de sus notas: malas notas=soy incompetente. Tengamos en cuenta la cantidad de horas que pasan en el colegio y la importancia que tiene este espacio en su vida. Si recriminamos por las notas, reforzamos este sentimiento. Ojo, que si alabamos solo el resultado, si premiamos estamos en el otro lado de la moneda pero eso podríamos hablarlo en otro momento.

Qué podemos hacer… reflexionar sobre el pasado mirando hacia el futuro

Las notas son un resultado, una fotografía. Lo que hay que ver es cómo y por qué se ha llegado a esos resultados:

bombilla idea

  • en primer lugar y muy importante, valorar aspectos positivos: qué sí se ha hecho bien (algo habrá…piensa, piensa) o qué mejoras ha habido a lo largo del trimestre/año.  Tener en cuenta el esfuerzo es fundamental pero es importante ser conscientes de que, a veces, la situación es tal que ni ganas de esforzarse tienen. Y es lógico.
  • analizar qué hay que cambiar
  • reflexionar sobre qué hay que empezar a hacer/dejar de hacer (por ejemplo, empezar a hacer un horario de tardes, organizar mejor el tiempo de ocio, dejar de encender la tele al llegar a casa, apagar el móvil durante el rato de estudio…)
  • hacer un listado con posibles soluciones (que incluyan los apartados anteriores) propuestas por padres pero, sobre todo, por el cateador. Esto es mejor hacerlo pasados un par de días tras la recepción de las notas, y retomarlo los primeros días de septiembre para organizarse desde el inicio

Todo esto, por supuesto, hemos de hacerlo junto a nuestro hijo, en un ambiente tranquilo, compasivo y en el que le llegue nuestro amor y voluntad de ayuda.

Puede ayudarnos:

  • hablar en frío: puede ser bueno esperar alrededor de, como mínimo, 24 horas para conversar sobre las notas
  • enfatizar que se les quiere igual, sí, aunque les hayan quedado 7 (inspira-espira, inspira-espira… aunque tengas ganas de expirar tú o de “expirar” a la criatura)
  • empatizar y preguntarle a la criatura cómo se siente y qué cree que ha pasado y qué le gustaría que hubiera ocurrido
  • validar lo que nos cuenten, incluidos los “me tiene manía”
  • no insultar (“eres un vago” no anima mucho que digamos) ni despreciar (“no sirves para nada”) NUNCA JAMÁS
  • mostrar nuestra preocupación con honestidad emocional, explicándole nuestras razones, por qué nos preocupa, qué posibles consecuencias puede tener o qué refleja: que se entristezca, que se valore por las  notas, que no esté aprendiendo suficientemente…
  • no dramatizar, todo tiene solución en esta vida y unas malas notas no determinan el futuro
  • evitar echar la bronca… no sirve para nada más que para alejar posturas y no anima a esforzarse o a mejorar
  • huir del castigo; las notas malas ya son un castigo, ya que a nadie le gusta fracasar. Además, el problema ya está con nosotros y es de ser muy optimista pensar que fastidiar a nuestro hijo todo el verano le va a animar a esforzarse el próximo curso. El hábito y la motivación no nacen de un castigo. Podría haber mejora un tiempo, pero supeditada al miedo a un castigo. ¿En serio queremos que nuestros hijos actúen por temor a nuestras reacciones?
  • resaltar otros campos en los que es evidente que tienen fortalezas y enfatizar que esos suspensos  no vienen de falta de capacidad, sino de otros factores (sensación irreal de incompetencia, bloqueo emocional, escaso trabajo, organización ineficaz, desmotivación…) y que TODO SE PUEDE MEJORAR CON PRÁCTICA Y TRABAJO
  • transmitir que confiamos en sus posibilidades y capacidades
  • transmitir que esos resultados suelen ser reflejo del esfuerzo (cuando sea el caso y no deriven de otras situaciones) y que le vamos a ayudar para que mejore
  • a mayor número de cates, más cuidado hemos de tener porque más complicada es la situación probablemente
  • valorar el error como medio de aprendizaje

EN NIÑOS DE PRIMEROS CURSOS DE PRIMARIA ¡ESPECIAL CUIDADO!

Si les va mal no es un problema, casi nunca, de falta de esfuerzo sin más. Hay que ver qué está pasando, qué hay detrás de los comportamientos que hayan llevado a no alcanzar los objetivos del curso (baja autoestima, problemas emocionales o sociales, desfase curricular previo, desarrollo evolutivo…). En los mayores, por supuesto, también hay que trabajar lo previo, lo que esté viviendo.

Al igual que rechazo totalmente el castigo como vía de mejora (solo genera ira, sensación de injusticia y posible sentimiento revanchista o consigue que se tire la toalla) tampoco soy partidaria, a priori, de hacer regalos por las notas. Realmente es su responsabilidad. Otra cosa es que, por las razones que sea, en una familia se haya valorado que pudiera ser positivo y se haya acordado hacer un esfuerzo específico con una compensación posterior. En este caso, veo más apropiado que no sea un regalo material sino más bien de actividad y si es compartida, tipo un viaje, ir a un parque de atracciones o similares, mejor que mejor. Pero, aún así, creo que es mejor valorar el esfuerzo, el trabajo diario dado que puede que se esfuercen pero no lleguen a los objetivos.

Espero haberos ayudado con estas ideas. Las escribo mezclando experiencia profesional aunque también personal. Extensa como escolar que fui y más escasa como madre dada la edad de mis hijos.

 

¿Qué previsión de notas tenéis en casa? ¿Se avecina tormenta? ¿Seréis capaces de conteneros?

Espero que sí y que no acabéis así jajaja

via GIPHY

 

¿Te ha gustado este post? ¡Compártelo!

Comments (7)

Publicar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entrada anterior Entrada siguiente

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies
ACEPTAR

Aviso de cookies