
Aprender a compartir
Si me dieran 1 € por cada “hay que compartir” escuchado en el parque, adelantaba mi jubilación unos años. Queremos que compartan, pensamos que DEBEN compartir y les forzamos a ello sin entender que deben aprender a (sentir) compartir, no tanto que haya que enseñar a compartir por nuestra parte.
Por qué obligamos a compartir
- Por convención social: se entiende como norma de educación.
- Por nuestro ego: queda mal que el niño no quiera compartir y eso hace que pienses que tú quedas mal porque eres un mojón de p/madre. Así que ahí estás tú absurdamente tratando de enseñar a compartir.
Por qué no quieren compartir
Por lo mismo que tú y que yo, con añadidos:
- Lo mío es mío: igual me lo rompes
- Lo están usando cuando otro niño se lo reclama
- No saben si lo van a recuperar
- Sienten los juguetes como una extensión de sí mismos ya que a partir de ellos conocen el mundo. Por tanto, necesitan controlar qué pasa con ese objeto, qué pasa con ellos para sentirse seguros
- Los objetos, no son sólo objetos. Son parte de cada uno, tienen importancia para nosotros, nos traen recuerdos…
Por qué no obligar/ enseñar a compartir
Cuando forzamos a un niño a compartir le arrebatamos el juguete y objeto que sea. Realmente así no propiciamos que el niño quiera desee compartir. Por otro lado, pensemos si a nosotros nos pidiera un extraño nuestro móvil, coche o algo de mucho valor para nosotros. ¿Nos gustaría prestárselo? ¿Será que no dedicaron nuestros padres suficiente tiempo a enseñar a compartir? Ja, ja, ja. Nada de eso. Pues no olvidemos que un niño random del parque es para ellos un extraño.
Hay que animar a compartir, no obligar a compartir.
Por qué ANIMAR a compartir
Que no haya que obligar, o que sea mejor no hacerlo, no significa que no haya que animar a hacerlo. La diferencia es la presión que ponemos y si el foco está en enseñar a compartir o en ayudarles a aprender a compartir. Por supuesto que hay que favorecer que compartan. Vivimos en sociedad y compartimos espacios, objetos… Y, más importante todavía, compartir (voluntariamente) de forma gratuita es muy gratificante y produce alegría y satisfacción.
Cómo podemos favorecer que compartan:
En realidad a todos nos cuesta, en muchas ocasiones, compartir. Hay que entenderlo y, por tanto, prever situaciones en función de la edad:
Si son muy pequeños, menores de 3 años…
es un poco ridículo intentar que compartan por lo que, si puede haber algún objeto de deseo que a nuestro peque le duela mucho, podría ser mejor que no lo llevara al parque o estuviera presente cuando viene a casa el hijo de nuestros amigos. Así, no se producirá una situación tensa que haga que relacionen compartir con malestar.
En cualquier caso, se les puede sugerir que presten algo y usar la clave que comento más adelante.
Si superan los 3 años…
- Podemos avisarles de que lo que llevemos al parque es probable que otros niños quieran usarlo por novedoso, al igual que nos pasa a nosotros mismos con las cosas de otros, y ver si es capaz de prestarlo, explicarle que puede solicitar otro juguete que le guste y asegurarle que siempre va a recuperar lo suyo.
- Darles tiempo. Decirles que sí ahora no están preparados, pueden dejarles lo que sea más tarde.
- “Provocar”. Tener algo que les guste y pedirles sugerencias para compartirlo. Así vivirán la experiencia de compartir, que tiene la parte de disfrutar de forma conjunta.
- Agradecer cuando compartan algo con nosotros.
- Dar ejemplo compartiendo con ellos y otras personas y verbalizando lo bien que nos sentimos por ello y el efecto que puede tener en la otra persona.
En cualquier caso, una aspecto que considero CLAVE es el ESTABLECIMIENTO DE TURNOS ya que:
- Da la seguridad al dueño del juguete de que lo va a poder usar también así como recuperarlo.
- Reduce el malestar y el enfado porque el niño sabe que le va a tocar.
- No fuerza.
- Es un concepto muy vivencial y lo pueden comprender a edades tempranas.
Como podéis ver la cuestión, más que en “aprender a compartir”, está en comprender que no pasa nada si comparto, en ir progresivamente sintiendo satisfacción al percibir que podemos hacer felices a otros, disfrutando de hacer algo juntos…Tengamos paciencia, según se vaya desarrollando su cerebro comenzarán a poder comprender, a tener empatía, a desarrollar un sistema moral… aspectos que facilitarán e incluso harán que deseen compartir. La educación, no lo olvidemos, es un camino cuya meta es el largo plazo.
Comments (3)
Lidia
octubre 22, 2019 at 5:57 pm
Hola! Me ha gustado mucho tu post, pero me surge la duda de si mi hijo comparte esperando que el otro niño juegue con él, es decir lo que comentas de los turnos, y eso no sucede. Y luego está la otra opción que es yo te dejo y tu me dejas a mí que no siempre es correspondida. En esos casos ¿qué podemos hacer? Y otra duda, Cómo explicamos al niño cuando otro niño no quiere compartir con él a pesar de pedirle por favor si se lo deja.
Silvia
noviembre 4, 2019 at 11:29 am
Me ha gustado este post. Yo soy fisioterapeuta pediátrica y a menudo hago sessiones con 2 niños a la vez. Las sessiones las hacemos a partir de juegos para trabajar motricidad gruesa y fina y sale el tema de compartir. Me cuesta a veces controlar ciertos comportamientos de algunos niños, ya que algunos tienen un desenvolupamiento cognitivo más lento.
Seguiré tus consejos segun la edad del niño o edad cognitiva en algunis casos.
Muchas gracias
Nuria
noviembre 4, 2019 at 7:01 pm
Muchas gracias por tu comentario, Silvia. Qué bonita profesión tienes. Dura también. Me alegro de haber podido ser de ayuda.
Un abrazo.