Facilitadores en la vida con hijos: operación pañal y pies sequitos

Logística familiar

Ay, Señor, que este momento tenía que llegar era sabido por todos. Que casi me iba a poner a llorar ya no. Me ha sorprendido mi reacción porque no soy muy drama queen yo. Y no, no se trata de que me apene que mi retoño se haga mayor, porque cada etapa tiene sus cosas molonas (aunque al bebé si que le convertiría ahora mismo en un Chihuahua para que se quedara en el tamaño actual, la verdad, que está gozoso total). Mis lagrimillas han venido porque no quiero que lo pase mal y le he visto inseguro. Una vez contado mi rollo y haberme desahogado, os chivo un mierdertruco M-A-R-A-V-I-LL-O-S-O relativo a la operación pañal. Seguramente muchos lo conozcáis y yo creo que en muchas guardes es lo que recomiendan pero, por si acaso, os lo cuento

Que hay que cambiar la ropa tropecientas veces cuando se producen escapes es bastante de cajón. Lo que no sé es si, de antemano, nos damos cuenta de que ¡los zapatos también se mojan! Y eso ya es más faena porque no es tan simple como coger los 50 pantalones y meterlos en la lavadora, no. Determinados zapatos no se pueden lavar en la lavadora (casi todos, a decir verdad).

Así que una amiga me comentó que en la guarde le dijeron que llevara a la peque con chanclas/cangrejeras… y me pareció una idea estupenda. Cuando hablé con la tutora de El Santo me dijo más o menos lo mismo.

Otra opción que no es descartable, aunque sí menos cómoda, es usar zapatillas de loneta porque lavan bien en lavadora y secan rápido. Si vamos al parque creo que optaremos por estas porque nuestros parques son muy guarrindongos, de piedritas, y con el plástico el pinrel suda que da gusto y se puede liar un mejunje que para qué.