El médico de mi hijo
El médico de mi hijo ha sido una persona diría casi decisiva en su vida. Y por qué digo esto, por muchas razones. Razones que marcan la diferencia entre un pediatra y otro. Tenía este post pendiente de escribir, como homenaje a él y leer la mala experiencia de Cristina en su blog Bienvenida mamá lo ha hecho resurgir. ¡Hay esperanza en el mundo de los pediatras! No todos descienden de Herodes.
No fue el pediatra que elegimos, a ciegas, en el centro de salud que, en principio nos correspondía. En principio porque, aunque no te lo cuentan, al parecer nuestra ciudad es algo así como distrito único, es decir, que puedes elegir cualquier médico de cualquier centro de salud. Pues nada, que ese primer pediatra, ese hombre de Dios (por no decirle otra cosa) fue un absoluto desatino. Tal vez si el recién nacido no tiene problemas pues funcione bien pero si, como es el caso de El Santo, tras la normal pérdida de peso no lo recupere ni engorde… Pero, vamos, que tampoco, porque que una consulta de pediatría, a la que suelen ir dos personas y el niño, sobre todo cuando es recién nacido, tenga una sola silla para sentarse… Tal vez sea porque el espacio es pequeño no lo sé. Pero al lado está la consulta de mi médico de cabecera que es una plaza de toros sin necesidad. Pero bueno, de cómo parecía que quería engordar a El Santo para comérselo en Navidad no es de lo que venía yo a hablar.
El primero motivo por el que el pediatra runner/patorras/jipi (estos son los varios apodos que le hemos dado en esta casa en la que todo lleva mote si bien le solemos llamar por su nombre de pila) ha sido tan importante es que gracias a él mantenemos la lactancia a día de hoy (casi 13 meses). Mis tetas también han tenido algo que ver, claro. Cuando le conocimos El Santo no engordaba nada de nada y mis pezones (horrible palabro) eran pura grieta. Tanto que pensaba que nunca recuperarían su forma original; así de faltos de partes estaban (siento ser tan explícita pero es lo que hay). Así que nuestra lactancia, fatal establecida creo yo, peligraba día sí, día también. Gracias a su apoyo, no solo médico en el sentido de ver si el niño tenía frenillo y revisar nuestra postura al amamantar, cuando aún no era su pediatra por cierto, sino también moral y psicológico, tiramos para adelante. También tuvo mucho peso la ayuda recibida de un GALM (grupo de apoyo a la lactancia materna), otro post pendiente.
El segundo motivo es que atiende sin prisas. Mientras que el hombre de Dios, cuyo mote por cierto es DEXTER (creo que con eso lo digo todo) te estresaba, ya que notabas la prisa, con tu torpeza al vestir y desvestir a esa criatura con la que convives desde hace solo unos días y hablaba sin parar en lo que yo entiendo como una maniobra para evitar que tú hables y preguntes, El Pediatra (con mayúsculas porque él lo vale) lo primero que hace es alguna carantoña a tu pequeño y sentarte y preguntarte qué cómo estás TÚ (como mujer y como madre), entendiendo que los inicios maternales son como son y más si hay alguna dificultad, como era nuestro caso. Ni que decir queda que te explica tropecientas cosas más allá de lo típico y que escucha y responde a todas tus preguntas, muchas de lerderprimeriza, con paciencia.
El tercer motivo es que tiene un discurso moderado y respetuoso. Es un, no sé si llamarlo así, activista prolactancia materna pero también una persona con sentido común. En el caso de El Santo, llegado el momento, tras frecuentes visitas para ver cómo iba todo, hubo que complementar y se hizo. No pudo ser más comprensivo conmigo. De hecho anticipó que eso sería un poco bajón para mí. Y me animo, me dijo lo bien que lo estaba haciendo, que esto no era el final, que usábamos la fórmula como “medicamento”…
El cuarto motivo es que no juzga. Me consta que él siempre pregunta qué desea hacer la madre en relación con la lactancia y que no presiona (faltaría más, por supuesto) sino que asesora cuando se le pide.
El quinto motivo es que se pasa los percentiles por el arco del triunfo, motivo de bastante peso a mi parecer. Mientras el niño esté activo pero tranquilo, no irritable y vaya creciendo, a lo ancho y alto, sin estancamientos ni bajadas en la curva, no problem.
Así que, si tu pediatra es un truño, mi mierderconsejo es que no lo dudes y busques un médico con el que te sientas a gusto, que comparta tu estilo, que esté actualizado, que dialogue con el paciente (en este caso con la madre del paciente) y no imponga, máxime cuando es un profesional de la medicina que no solo se encarga de la enfermedad ya que las revisiones se llaman, al menos aquí “del niño sano”. No hay que aguantar tonterías, que la palabra “paciente” viene del que padece, no del que no se impacienta.
Y vosotros, ¿qué tal la experiencia con el pediatra? ¿Os ha tocado un pariente de la bruja de Hansel y Gretel o habéis tenido suerte?
Comments (12)
nueve meses y un día después
agosto 31, 2017 at 2:17 pm
El médico de mi hijo ha sido una persona diría casi decisiva en su vida. Y por qué digo esto, por muchas razones. Razones que marcan la diferencia entre un pediatra y otro. Tenía este post pendiente de escribir, como homenaje a él y leer la mala experienci…
Mamá Cuervo
agosto 31, 2017 at 2:18 pm
Ains !!! Si es verdad que hay luz al final del túnel, después de investigar a 6 pediatras distintos en 3 centros distintos he dado con una buena !! amable y cariñosa y a la que le gustan los niños (cosa poco habitual al parecer en esta profesión) Sobre temas de lactancia y trato a recién nacidos desconozco como será porque ya he llegado a ella con 15 meses, pero al menos ya no me agobio por el simple echo de la visita al pediatra… Disfrutarlo !! sin duda estos pediatras son un regalo de dios jajajaja.
Nueve Meses y un Día después
agosto 31, 2017 at 2:31 pm
6 pediatras en 3 centros distintos! Madre mía. Eso es una investigación en toda regla. Pues como serían para que siguieras en la brecha busca que te busca. Me alegro de que al final diera su fruto.
Desde luego que son un regalo, yo estoy enamorada del mío! Ja,ja,ja. La fase recién nacido es que es fundamental y así se ve mucho de cómo es un médico, de si va al engorde o algo más.
Muchas gracias por comentar.
Marian L. Viladrich (UnaMadredelSigloXXI)
agosto 31, 2017 at 2:18 pm
Por fin alguien que tiene un buen pediatra!! Veo que no soy la única. Es un alivio. La primera pediatra de mi hijo mayor era maravillosa: pro-lactancia materna, nada esclava de los percentiles, muy en la línea del tuyo. Pero se jubiló:( Con el pequeño he encontrado pediatras fabulosas en el hospital. Estoy muy contenta con ellas. La del centro de salud es muy maja. Mi único pero es que se pone muy nerviosa cada vez que le llevo al pequeño. Es una chica joven y es el primer prematuro que le llega, así que se pone muy nerviosa cada vez que le pasa algo. Empezaba a pensar que era raro que siempre tropezara con médicos buenos, pero me alegra ver que hay más 😉
Nueve Meses y un Día después
agosto 31, 2017 at 2:28 pm
Qué pena que se jubilara. Qué curioso que, siendo mayor tuviera ese estilo, con lo que ha calado el bibe y el engorde como los pavos. Igual es que vivió lo anterior. O que tenía sentido común.
Es normal, si es novatilla, que se ponga nerviosa porque querrá hacerlo bien, pero debería disimular. Je,je,je. ¿Qué tiempo tiene el peque ya? ¿Nació muy temprano?
Un besote y gracias por comentar. Por cierto, ayer compartí en Facebook tu entrada del método canguro. Me encantó. Ah, y no te encuentro en Facebook!
Hijitis Aguditis
agosto 31, 2017 at 2:19 pm
Sabes cuál es el colmo? Que al cambiar de pediatra, la nueva te diga: le das pecho? Es que el pecho es muy esclavo…
Y cara de mother of the beautifull lof!!! :S
Nueve Meses y un Día después
agosto 31, 2017 at 2:27 pm
¡La leche! Nunca mejor dicho. A eso le llamo yo animar por el amor de Lord. Jajaja. Aunque, amija, para mí la primera etapa es verdad que lo fue. De hecho creo que aún no he hablado nada de la lactancia en el blog porque me pasa lo mismo que con el chichi pélvico, jejeje, que lo pasé regu y creo que prefiero no acordarme. Ahora es gloria bendita pero claro, con 13 meses tenemos práctica.
Muchas gracias por comentar.
Besis
Cristina Sánchez (Bienvenida mamá)
agosto 31, 2017 at 2:20 pm
Pues que tremenda suerte!!! Es tan importante que te escuche y que se preocupe por ti… Y además suerte por poder elegir el que tu quieras. En mi centro de salud hay 3, la nuestra, una que es dermatologa (o eso creo, pero vamos de otra especialidad que no es pediatría) y un chico que dicen que es genial, y por supuesto, para el que no hay hueco… Así que o es eso, o ir de pago. Pero vamos, lo que tengo claro es que solo voy a ir cuando sea necesario y por revisiones, para otro tipo de cuestiones ni loca!!
Y muchísimas gracias por mencionarse, si es que eres un amor
nueve meses y un día después
agosto 31, 2017 at 2:23 pm
Desde luego. Vamos a tener que ponerle un piso o algo.
Cristina Sánchez (Bienvenida mamá)
agosto 31, 2017 at 2:24 pm
Pues si… Atiende como pediatra. Oye pues que majo el tuyo, no puede venir para aquí?? Jiji
Segundos Pasos
agosto 31, 2017 at 2:20 pm
que bien tu pediatra! mi experiencia ya la conoces y es bastante opuesta! no dejes escapar a ese pediatra eh!
Nueve Meses y un Día después
agosto 31, 2017 at 2:22 pm
Desde luego. Vamos a tener que ponerle un piso o algo.