Blog post

Los (NO TAN) terribles dos años: cómo sobrevivirlos disfrutándolos

Los terribles dos años dicen. Aunque cuando comentas sobre tu crío de esa edad siempre sale el típico padrecuñao a decirte que cuando empiezan Primaria “verás con las tareas” o que qué dura es la adolescencia. Un clásico de la crianza esto de que te auguren que cualquier tiempo futuro será peor. Pero yo, qué queréis que os diga, aunque agotada y con el cerebro crepitando, LO FLIPO CON LOS INTENSOS DOS AÑOS.

Serán terribles a ratos, que lo son. Pero son taaaaan bonitos. Es intensidad 24/7 y claro, no podía ser solo para lo “bueno”.

Por qué me gustan los terribles dos (tres) años o qué he comido en mal estado

No, no me pasa nada raro, me gustan porque observo todo lo que pasa y es que es una maravilla:

  • Desarrollo y expansión del lenguaje, habla y comunicación: los miniseries aprenden vocabulario cada día, comienzan a elaborar frases y mensajes. Y, ya antes, se comunican a su modo que da gusto verles. Que, por cierto, precisamente verles, en el sentido de observarles, es lo que nos permite entender qué necesitan.
  • Yo solo, o el suicidio mental de cualquier p/madre. Esas ganas de hacer, de probar, esa perseverancia. Que sí, que se suele acompañar de toneladas de frustración porque en muchas ocasiones no tienen aún la habilidad para conseguir hacer lo que quieren, pero ojalá mantuviéramos esas ganas el resto de la vida.
  • La capacidad de asombro es inmensa e intensa; cualquier cosa cotidiana puede ser un descubrimiento único al comprender cómo funciona, dar nuevos usos…

Qué necesitamos para disfrutar de los NO TAN terribles dos años

Tiempo y dinero 😂😂.

Realmente no, aunque yo tengo claro que el tiempo es FUNDAMENTAL y que el dinero puede hacernos tener más tiempo. Pero entrando en materia:

Como adultos, qué podemos hacer en relación con nosotros mismos:

  • Formarnos en cuanto a desarrollo evolutivo para conocer qué cambios se producen en esta etapa, qué necesidades se presentan… para comprender mejor por qué actúan cómo actúan los niños. De esta forma, no nos preocuparemos o impacientaremos tanto ante conductas que son absolutamente normales para la edad: que peguen, que tengan rabietas, que hagan lanzamientos olímpicos de objetos… Para ello creo que es fundamental leer (aquí tienes una selección de mis libros de educación favoritos). No pretendamos que un niño de 2 años quiera o “sepa” compartir (más info aquí), por poner un ejemplo, o entendamos que las “rabietas” son algo natural y sano, parte del desarrollo.
  • Observarles mucho para entenderles más.
  • Tener un enfoque de crianza respetuoso que nos haga meter la pata lo menos posible por tener las cosas (algo) más claras y, por tanto, sentirnos menos culpables.
  • En línea con lo anterior, respetarnos a nosotros mismos perdonándonos los errores y cuidándonos para cuidar lo mejor posible.
  • Organizarnos lo mejor posible de manera que no vayamos con prisa. Yo uso la regla del doble o nada: si tardaría 20 minutos en salir, empiezo 40 minutos antes. También podemos llamarla la regla del doble o muerte porque ya sabemos todos el combo del horror que forman niños y prisas.
  • Trabajar nuestro autocontrol

NIÑA CON FLOR

En cuanto a los peques,

aquí tenemos algunas estrategias de supervivencia a los no tan terribles dos años 😉 que, además, nos permitirán mejorar la conexión con nuestros hijos y educarles mejor

  • Darles tiempo para hacer las cosas. Conseguirán mucho más de lo que creemos. Esto va ligado a la organización mencionada mas arriba.
  • Dejarles hacer. A veces se ponen muy intensos con que quieren pasar el aspirador, por ejemplo. Bien, pues en muchas ocasiones, si cedes, lo pasan dos minutos y se quedan tan contentos. Además, en este caso, sienten que colaboran y estamos sembrando semillas de cooperación en casa.
  • Establecer rutinas: si todos los días llevan más o menos el mismo ritmo y la misma secuencia de actividades el ambiente será estable y predecible para los peques lo que redunda en calma. Se nota mucho cuando se viaja o sale de casa algunos días: los niños no saben qué esperar, qué va a pasar.
  • Fomentar su autonomía enseñándoles a hacer las cosas y solicitando su ayuda. Para ello tenemos que planificarnos de forma intencional, es decir, pensar qué podemos enseñarles según la edad, pero también aprovechar el momentos. Si observamos que quieren quitarse el pañal, enseñarles cómo hacerlo. Nuevamente es importante estar organizados para disponer de ese tiempo.
  • Dar dos opciones de forma que sienten que ellos también mandan, pintan algo en esta historia. “¿Te quieres poner la camiseta roja o la azul?” “¿Te sube mamá al coche o te subes tú?”
  • Redirigir es una estrategia que nos puede ahorrar muchos dramas. Si el niño quiere jugar con agua pero la está tirando fuera de la bañera, podemos enfocar su interés a que pase agua de un vasito a otro dentro de la bañera.
  • Retirar aquello que no queramos que cojan. No me refiero a cosas peligrosas, como un cuchillo, que es obvio. Me refiero a que si hay algo que consideramos que no deben tocar porque lo van a romper, evitemos que lo tengan cerca. Quien evita la tentación evita el pecado dice el refrán.
  • Seleccionar luchas. Ni todo es importante, ni lo mismo es importante siempre. A los 2 años, no es importante ni tiene sentido que un niño aguante sentado la sobremesa con los abuelos. A los 10 años ya sería otro asunto. Ojo cuidado con el “tienen que aprender”.
  • Anticipar lo que se va a hacer o que algo se va a acabar. Es útil tanto para posponer algo que desean. Ejemplo: mi criatura es muy fan de tirar cosas a la basura; pues bien, si estamos en mitad de las maniobras de vestirle, que todos sabemos que nos convalida el gimnasio, le digo: “ponemos la ropa y vamos a tirar el papel a la basura”. Cuando necesito irme o parar algo suelo avisarle pero el concepto/sensación del tiempo aún no lo controla así que es útil el clásico “la última” o “hacemos noséqué y nos vamos”.

  • Relacionado con el punto anterior, una buena estrategia de supervivencia y conexión es procurar decir SÍ lo máximo posible. Me explico. No se trata de decirle a todo que sí, ya que eso no sería educativo ni respetuoso con el niño en absoluto. Se trata de plantearnos si la petición del niño es viable, no implica peligro… Para ello hay que salir un poco de la mente adulta que rechaza la suciedad, el desorden y el caos en general y pensar un poco como niños. Lo divertido que puede ser saltar sobre un charco aunque luego haya que cambiarse (y lavar, auch) la ropa. Es bueno preguntarnos “¿por qué no?” antes de responder automáticamente con una negativa. Creo que los adultos tenemos una tendencia a decir NO bastante potente.
  • No decir NO constantemente. Es más útil y efectivo decir lo que hay que hacer. De esta forma, el niño no tiene que traducir lo que le decimos para saber qué esperamos de él. El lugar de decirle “no te subas a la mesa”, le podemos decir, jugamos sentados en el suelo”, en vez de decirle “no grites”, “hablamos bajito”.
  • Instrucciones, pocas y no seguidas. A cualquiera le agobia que le digan 500 cosas que hacer seguidas pero es que un niño tan pequeño ni siquiera es capaz de seguir el hilo. Mejor una cosa cada vez y, a ser posible, acompañarles mientras lo hacen y que la orden no sea muy directiva.
  • En línea con lo anterior, usar pocas palabras para dar una indicación o corrección. Si no, se pierden en las palabras y el contenido se desvanece. Y lo de dar sermones eternos, que no es más que un método de desahogo, también es algo muy de los adultos.
  • También relacionado con las instrucciones, mejor hacer preguntas, por ejemplo si queremos que guarde un muñeco decirle “¿dónde va el muñeco?”. Igualmente puede ser útil hacer una observación tipo “anda, el muñeco está en el suelo” y esperar. Los niños, por naturaleza, quieren ayudar y cooperar. Para muestra, un botón:

Espero que este post te haya resultado de ayuda y recuerda

no se trata de que te obedezcan, se trata de que quieran obedecer, porque confíen en ti y deseen cooperar

¿Qué maravillas y dificultades te encontraste o encuentras antes los dos años de tu hijo?

Me ayudaría mucho que, si te ha gustado esta entrada, la compartieras con tus conocidos y por redes sociales. Es la forma de que este blog crezca y también de sentir tu reconocimiento. ¡GRACIAS!

¿Te ha gustado este post? ¡Compártelo!

Comments (6)

  • Planeando ser padres

    noviembre 4, 2019 at 6:20 pm

    ¡Qué positiva eres! Es cierto que es una etapa alucinante pero agotadora también. Con mi hija mayor el drama de los 2 años duró 6 meses exactamente, en los que pensé que o moriría ella o yo por el estrés. Con el pequeño esta etapa se ha retrasado un poco y esas peculiaridades han empezado ahora que se acerca a los 3 años: un geniazo, un no a todo, de un pesadito con ciertas aficiones… Aún así, sus rabietas son mucho menores en número y sobre todo en intensidad, que las de la niña. Esta dejó el pabellón tan alto que creo que estamos curados de espanto respecto a lo que podamos vivir nosotros o lo que podamos ver en niños ajenos.

    1. Nuria

      noviembre 4, 2019 at 7:00 pm

      pues mira, no hay mal que por bien no venga, que ahora lo viviréis con más calma. Totalmente de acuerdo en que es muy cansado pero es una etapa, pasará y, me parece muy especial. Pero vamos, que yo también hay días que me haría el harakiri.

  • Maribel

    noviembre 4, 2019 at 11:02 pm

    Transmite positividad. Es una etapa estresante pero no por ellos sino por el tipo de vida q nos proponemos tener , mi pequeño tie e justo dos años y está desarrollando su carácter q vaya carácter. Pero ayuda, te cuenta lo q hace a su manera. Es muy dulce

    1. Nuria

      noviembre 4, 2019 at 11:26 pm

      Ciertamente la locura de vida que llevamos, llena de prisas y de inmediatez, no ayuda para nada… Me alegro de que te haya gustado y de qué disfrutes de la etapa de tu pequeño.

  • Mis30horas

    noviembre 4, 2019 at 11:23 pm

    Post genial como siempre! Mi peque es el niño intenso… la mayor fue mucho más light o creo que como acaba de llegar el
    Hermanito siempre
    Pensé que todo eran celos!
    Los dos años son un poco surrealistas, pero los intento disfrutar porqué sé que con él cierro otra etapa que no volverá!

    1. Nuria

      noviembre 4, 2019 at 11:27 pm

      Aaayyy, qué pena me da que ya no vuelvan Muchas gracias por tu comentario y ánimo con la intensidad.

Publicar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.

Entrada anterior Entrada siguiente

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies
ACEPTAR

Aviso de cookies