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La (des)ilusión de los Reyes Magos

La (des)ilusión de los Reyes Magos ha ensombrecido este día. La verdad es que tenía olvidada la magia (qué cursi pero es así) que lo acompaña porque al vivir lejos de la familia no coincidimos en la fecha y los regalos y demás nos los damos antes. Pero el año pasado empecé a revivirlo un poco, pese a ser El Santo tan mini que no se enteraba de nada. Y, ¿por qué se ha chafado? Pues la cosa viene de antes, cuando empecé a leer opiniones sobre lo que puede suponer este “engaño” para los hijos. La verdad es que no estoy de acuerdo en absoluto con las secuelas que pueda tener porque ni siquiera pienso que se pueda considerar una mentira. Yo creo que es precioso para padres e hijos. Personalmente para mí no fue ningún trauma descubrir la dura verdad. Até cabos, pregunté, obviamente me lo contaron, y me sentí mayor. Así que todo estupendo. No digo que todos los casos sean así pero tampoco nadie me ha contado que viva un trauma por ello. Me resultaría muy raro que alguien guardara remordimiento a sus padres por haberle hecho creer en los Reyes ya que se hace por crear una fantasía que conlleva momentos muy agradables y bonitos de vivir y recordar. Pero puede ser que alguien así lo sienta. Tampoco creo que este tipo de “mentira” tenga las mismas consecuencias que otras que ocultan o niegan la realidad. Me parecen cosas muy, muy distintas. Y esa es la parte uno. Hasta aquí, nada tampoco muy grave pero sí me dio que pensar y la conclusión fue, con todos mis respetos, que estamos muy tontos, así, en general, la sociedad.

Pero después, la víspera de Reyes, llegó la hecatombe (pelín exaherá soy, lo sé). Cancelaron la cabalgata de nuestra ciudad por lluvia. Y después no cayó ni una gota. Chasco 1 ya que además volvimos de viaje para verla con el enano. La mañana siguiente, día de Reyes, llegó el chasco 2-3-4. Me mandaron imágenes por whatsapp de otra cabalgata que, para mí, ni fue cabalgata ni nada pero de la que no había visto nada hasta ese momento. Un chiste a mi parecer, con unos Reyes disfrazados, pero de verdad, con una especie de ropa rollo hipster comprada en Aliexprés o similar. Al principio me descojoné porque pensaba que era broma pero cuando me dijeron que no, ya no me hizo tanta gracia. ¿Acaso se creen que los niños son idiotas?

También por Whatsapp me llegó lo de las tres reinas magas. Esto lo había oído pero me figuré que irían disfrazadas de hombres. Nuevamente me dio un ataque de risa porque los memes, como veréis, son un puntazo.

Pero se me pasó la risa porque me parece tan absurdo querer desvirtuar la realidad, aunque sea una fantasía, en aras de un absurdo modernismo: reyes vestidos de los chinos, reinas magas con pinta de brujas (con todo mi respeto para esas mujeres, lo digo por el meme que no me negaréis que más cachondo no puede ser). Y cualquiera que me conozca sabe que no soy precisamente una machista pero lo que no es no es. Creo que las cosas tienen que ser naturales, lo que son y, sobre todo, respetar el imaginario colectivo infantil de los niños, que les vamos a hacer un lío… No vamos a cobrar más las mujeres porque haya Reinas Magas. Ni a planchar menos. Ni a morir menos. Desgraciadamente no. Hay que enfocar los esfuerzos en otras cosas más serias y fructíferas.

Y, para más inri,  me entero por una compi bloguera fantástica (que no menciono porque no tiene que estar de acuerdo con todo lo que yo digo aquí) que en la cabalgata chinorri aparece un individuo, que en casa hemos apodado “Pelusillo” (por el atuendo), que se queda más ancho que largo cuando le preguntan que desde cuándo conoce a los Reyes y, en directo en la tele, contesta que desde que conoce a sus padres. ¿Se puede ser más tontolbote? Parece ser que es el autor de esto que no tiene desperdicio sobre su opinión sobre los Reyes Magos. Aquí podéis ver el vídeo y la cara de póquer que se le queda al reportero y a la pobre especie de gallina caponata a la que le pasa el marrón.

Por otro lado también me ha saturado aquella gente que va de antiNavidad (época que hasta la fecha no ha mordido a nadie, nos da vacaciones y propicia juergas y reencuentros), da lecciones a cascoporro sobre la “falta de respeto” (flipo) que suponen los elementos religiosos que OBVIAMENTE, nos guste o no, la representan, jura que pasa de todo el tema y de los Reyes y luego acaba dándole bien al turrón y a los villancicos y con un árbol de Navidad sembradito de regalos la mañana del 6 de enero.

Conclusión, me apena la incoherencia, que soy la primera que en otros aspectos la tendré (toca reflexionar sobre ello mecachis), y lo que nos gusta dar morcilla al prójimo en lugar de estar tranquilitos, calladitos, que ya dice el dicho que favorece mogollón, y empatizar un poco con los demás. Lo suyo sería respetar TODO lo respetable o, al menos tolerarlo, o si acaso, no dar el coñazo a los demás (como tal vez yo esté haciendo pero a nadie obligo a leerme).

Normalmente soy muy políticamente correcta porque yo he venido aquí a hablar de mi libro a contar mi vida maternal, mis penas y alegrías, a reírme y desahogarme y a aprender, que lo hago mucho, de otras personas con las que interactúo en las redes gracias al blog. Y huyo de polémicas, que bastante estrés tiene la vida 1.0 como para que también lo haya en la 2.0. Pero pienso en el mundo que estamos conformando para los peques y me da entre pena, asquete y alipori. Luego me acuerdo de las maravillas de las que es capaz el ser humano y se me pasa.

Para críticas y aportaciones son bienvenidos los comentarios más abajo SIEMPRE QUE NO SE FALTE AL RESPETO A NADIE. Espero no haberlo hecho yo ya que mi intención no es esa en absoluto si bien soy consciente de lo que he escrito y estoy abierta a contrastar mi opinión y cambiarla si encontrara argumentos.

 

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