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Facilitadores en la vida con hijos: dale la vuelta a la sábanaimpermeable

Esta va a ser la primera entrada, si la bimaternidad me lo permite y tengo el móvil a mano para ir anotando ideillas que se me ocurren, sobre mierderconsejos y mierdertrucos de logística familiar. Hay algunas-bastantes entradas en el blog sobre este tema taaaaan necesario cuando se tienen hijos, vidas en las que falta el tiempo y sobra el cansancio. De hecho, en este enlace tenéis un recopilatorio de estos post, de lo más variados ya que van desde Cómo dar apiretal y no ser potado en el intento hasta Cómo elegir sillita de paseo pasando por un mierdertruco para Organizar la jungla de los juguetes o mierderestrategias para Sobrevivir a las rabietas.

Pero la línea que me gustaría seguir ahora es más concreta.
Y esta primera entrada la hago en honor de mi parte contratante ya que os traigo un mierdertruco fruto del maridopadre jajaja. Me explico. Aquí El Santo sénior (cariño te quiero, no te enfades) es don despistes, encantador, eso sí. Y un día que cambió las sábanas hizo un descubrimiento accidental estupendo del que ni él mismo fue consciente.
Pues bien, una noche el enano vomitó un poquito por la dichosa tos y tocó esa cosa tan bonita que es cambiar las sábanas a las 2 de la madrugada. Si eso no une… Mientras uno iba cambiando al peque el otro se liaba con las sábanas. Todo entre un aroma ideal y un niño de los nervios por la sensación asquerosa y fresquita que tenía sobre su cuerpo.  De cuento de hadas, vamos.

¿Véis el brillor del plástico? Cuánto glamur. Sobre él, bajera blanca y bajera azul. Doble capa anti solapamiento niño-colchón.

Cuál fue mi sorpresa cuando vi que la sábana impermeable, mundialmente conocida como plasticosa, estaba colocada con el plástico hacia arriba. Pensé “mi marido es tonto” (coña que tenemos el maromo y yo) pero luego dije “Eureka” (sí, me he venido un poco arriba), así no hay que cambiarla.

A ver, es una solución buena si solo tienes una bajera impermeable porque la otra está mojada y no te puedes arriesgar, que en verano es un poco de locos por eso del caloret y mucho menos higiénica que ponerla como Dios manda. Por supuesto siempre pondría dos bajeras, que misterios de la naturaleza es precisamente lo que había hecho El Santo sénior (solemos hacerlo en todas las camas). Pero tan horrible no será que El Santo no se quejó, ni la cosa crujía ni nada de nada.

Sí, lo reconozco, un poco cutre pero, ¿a que os puede hacer el apaño algún día? Nunca digas que no pondrás el plástico hacia arriba ni de este agua no beberé ni este cura no es mi padre, chato.

 
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